martes, 10 de diciembre de 2013

Las cejas, grandes damnificadas


A diario, a diario se observa el desastre. En el metro, en la tele, en la calle…más a menudo de lo que me gustaría, encuentro cejas castigadas, maltratadas  o abandonadas. 

Os prometo que más de una vez me han dado ganas de parar a alguien para hacerle una foto a las cejas y poder ilustrar mejor mis explicaciones, pero me jugaba que me pegaran una torta, bien merecida. 
Cejas en forma de coma, de sorpresa permanente, semicírculos que parecen ser perfilados con compás… y es que, dar con la forma de cejas adecuada no es fácil, o sí?

Además de proteger a nuestros ojos del sudor, enmarcan la mirada y nos dan expresión al rostro. Os voy a poner un ejemplo extremo para que entendáis a lo que me refiero, fijaros en las cejas de los villanos de Disney y en las de las princesitas.
 



Úrsula y compañía tienen cejas picudas, muy estrechas y larguísimas. En cambio a Blancanieves, Ariel y demás se las dibujan más curvaditas y no tienen ángulos pronunciados… Son dibujos, lo seee, pero veis la importancia de la personalidad que pueden dar o quitarnos unas cejas?  Al mismo tiempo, una persona sin ellas carece de expresión totalmente.


Dicho esto, queda claro la importancia de estos elementos en la armonía del rostro, así pues, vamos al lío. 

Existe un esquema de “la ceja perfecta”, sí, existe y es una pauta fundamental a seguir. Habrá que adaptar el diseño siempre al rostro dependiendo de la forma de óvalo que tengamos, forma de los ojos, si tenemos las cejas muy pobladas o con poco pelo, nariz ancha… pero es el mejor patrón general que tendremos en cuenta.

Para conseguir  las cejas ideales necesitaremos unas pinzas que nos sean cómodas de usar (no es fácil encontrar unas, yo las uso planas y oblicuas como las de la fotografía) y un pincel de cejas (en espiral es mi favorito, además te sirve también para peinar las pestañas). 







Cuando tengas todos esos elementos, hazte con un palito de naranjo o lápiz o cualquier elemento recto y fino con el que vas a trazar las siguientes líneas imaginarias:



A-B. Nos indica dónde debe comenzar la ceja. Tomaremos como referencia el inicio del lagrimal y desde ahí con el palito de naranjo en vertical veremos que pelillos deberíamos eliminar o dejar crecer en el entrecejo.
C-D. Desde la aleta de la nariz hasta el extremo exterior del ojo trazaremos una línea que nos indicará donde debe terminar al ceja.
E-F. Para encontrar el punto más alto de la ceja miraremos recto hacia el frente, y justo donde termina el iris es donde ubicaremos el puente.
G-H. Esta línea deja ver si la tendencia de la ceja es ascendente, descendente o recta.
J. El diámetro de tu iris es el espacio aproximado que debería quedar entre el ojo y la ceja.


Y un par de detalles importantes:

1º Jamás utilices cera para depilarte las cejas. Puedes destrozar la forma como se te vaya un poco la mano o te despistes, y puede caerte en el ojo, en las pestañas… no hace falta que te diga más, si te imaginas las consecuencias se te quitan las ganas de intentarlo. Además, la piel del arco subciliar (justo debajo de la ceja) es finísima, con lo que si la agredimos con tirones acabará descolgándose con el tiempo. En el entrecejo se acepta, pero ves con muchísimo cuidado porque si te pasas arrancando pelo en esa zona parecerá que tienes los ojos más separados que un chihuahua.

2º Jamás sigas modas. Las cejas son muy personales y dependen absolutamente de la forma de tus facciones. Cuántas mujeres habéis visto con cejas finísimas por que se llevaban en los 70? Ahora les toca pintárselas porque se dan cuenta que no les favorecen, y los resultados de una ceja pintada completamente a lápiz no son siempre favorecedores que digamos...

La moda actual son las cejas gruesas, pero, seamos realistas…tal vez parece que lleves dos mostachos en la frente, a menos que desfiles para Fendi en Milán, con lo que plantéatelo muy mucho a la hora de regirte por estos cánones.

Te animo a que experimentes y le pilles el gustillo a las pinzas sin limitarte solo a pulir los pelillos que sobran. Dales forma y verás el cambio, pero sé cuidadosa y estate atenta, porque un solo pelo puede hacer un gran cambio. Adelante, valiente!

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